#ElPerúQueQueremos

El gran daño de la religión de Claudia Cisneros y los típicos errores del pensamiento moderno o no tan moderno.

Publicado: 2014-05-26


El viernes 23 de mayo de nuestro presente año, nuestra conocida periodista, Claudia Cisneros, redactó un texto en la parte de columnistas. Por su supuesto, como se pueden muchos imaginar, fue respecto a la Unión Civil Gay. Total, esto es lo que vende, esto es lo que la gente quiere y esto lo que todo intelectual tiene que pronunciarse para hacerse eco, bien a favor o bien en contra.

Voy a dejar su texto completo para muchos de ustedes puedan leerlo primero y luego realizaré algunas observaciones y mis opiniones al respecto (si es que existe algún tipo de tolerancia hoy en día, un tolerancia para el intolerante, lo cual es lo paradójico). La forma de cómo voy a comentar y opinar al respecto, será párrafo por párrafo para no perder mi ilación al respecto. 

-Por años he pensado que la religión es capaz de cumplir con una función social de consuelo, de referente moral, de sentido de comunidad, de pertenencia para mucha gente que necesita de todo ello y que sin ese respaldo se sentiría desubicada, desarraigada, sola. La religión les procura un alivio a la incertidumbre de lo que viene después de la existencia. Les evita enfrentarse al horror del vacío que implica la muerte, y al sinsentido que parece erigirse de la vida a partir de ese final sin respuestas."

-Durante mucho tiempo le he dado a la religión ese beneficio de la duda, no para mí sino para otros. Pensando que hay un desasosiego existencial que nuestra propia existencia nos plantea y que en la religión muchos encuentran un punto de apoyo, un salvavidas casi literalmente; un sistema que les da una esperanza de no muerte, de no final; una organización que les señala un derrotero que les facilita la distinción entre el bien y el mal (para quien no puede pensar lo ético por sí mismo); una comunidad que les alcanza un manual de forma de vida.

-Acontecimientos recientes –como el repudio con odio explícito e implícito a un grupo de personas y a reconocer los derechos de estos seres humanos que se aman de forma distinta a la tradicionalmente pública, pero igual a la que amamos todos de manera adulta y consensuada– me ha cambiado esta mirada que tenía de la religión.

-Me resulta lacerante comprobar lo que la religión puede hacer en las mentes de los seres humanos. Las mutila despiadadamente. Les extirpa el pensamiento crítico. Les quita lo más preciado que tiene el ser humano que es su libertad. Libertad de pensamiento propio. Y esto tiene una serie de consecuencias muy dañinas para una sociedad. Más si hablamos de la parte de la sociedad supuestamente más ilustrada o con acceso a educación. Porque entonces no hay excusa para que estas personas continúen delegando la responsabilidad y compromiso de pensar y sus consecuencias, en otros: una iglesia, un libro, un líder, en una voz que no es la propia.

-Pensar por uno mismo es más difícil, es a veces hasta doloroso. Sobre todo cuando hay que desprenderse de todo aquello ajeno que la escuela, los padres o la cultura imperante han inoculado en nuestras mentes con las mejores intenciones pero con las peores consecuencias. Hacerse libre de todo aquello que uno no ha pensado por sí mismo; extirpar las muletillas de creencias que fueron pensadas por otros y que nos hacen minusválidos mentales, personas recortadas, recitadores de citas (Cavell); debería ser la primera tarea de cualquiera que se precie de ser íntegro y libertario.

-Pensar por uno mismo todas y cada una de las cosas importantes en nuestras vidas, requiere invertir en tiempo, en solitud, en disquisiciones, contradicciones que superar, o no, simplemente aceptarlas, aceptar nuestra humanidad, nuestra vulnerabilidad, nuestra impotencia, nuestra condición de especie transitoria, no todopoderosa, sin drama, sin susto, sin necesidad de superar ese miedo con la razón o sin ella, sino solo aceptando que es, y que nada existe –ni la religión, y menos ella– que nos ponga por encima de la realidad final.

-Por supuesto que la religión probablemente sigue sirviendo para muchas otras cosas, y tomará mucho, mucho tiempo en que alguna vez deje de existir, si alguna vez lo hace y no es reemplazada por otro sistema. Pero mientras tanto, el daño que inflige en generaciones de autómatas no-pensantes que por flojera, miedo o comodidad han elegido suscribir las creencias de otros por costumbre o por herencia, es profundo. Cuándo empezarás a pensar por ti mismo, a liberarte del sistema, de ataduras, de convenciones y de repensar tu vida y tus creencias por ti mismo, para ti mismo. Ese ejercicio de individualidad contribuye más a la universalidad que la pretendida por el pastor y sus ovejas."

Fuente: http://www.larepublica.pe/columnistas/de-centro-radical/el-gran-dano-de-la-religion-23-05-2014

Al parecer nuestra estimada periodista, sigue pensando como el los tiempo de Comte y Feurbach donde la critica religiosa estaba en boga. Para muchos, ésta (la religión) era vista, como ella declara, un salvavidas para todo aquel hombre que no soportaba enfrentarse con su propia existencia. Como una solución la ignorancia de un problema que talvez no existe y que no tiene importancia. Sin embargo, muy acorde a nuestros tiempos tal cosa ya no existe. Ya que estos últimos años, la religión ha cobrado un especial interés por su vigorosidad y crecimiento. Por otro lado, tanto para Comte y amigos, se pensaba que la religión acabaría y que sería la "razón" la que gobernaría nuestro planeta. Cuestión que por supuesto no es así ¿cierto?

La palabra positivo designa lo real, por oposición a lo quimérico: en este aspecto conviene plenamente al nuevo espíritu filosófico, caracterizado así como consagrado constantemente a las investigaciones verdaderamente asequibles a nuestra inteligencia, con exclusión permanente de los impenetrables misterios que la embarazaron, especialmente en su infancia. (Auguste Comte)

Entonces, ¿Si no es la religión la que brinda ese alivio existencial, cuál será?Sentir esa desesperación y angustia (Kierkegaard) hacen eco en todo ser humano cuando se pregunta por el sentido de su propia existencia.

Desesperación y angustia imposible de evitar y que todo ser humano debe afrontar. Cuestión que para el filósofo danés en un momento de su vida era imposible de evitar. Sin embargo, ¿si la religión es un salvavidas y un alivio, cómo afronta esa incertidumbre quien desea evitar la religión? Por supuesto, si le preguntarás a nuestra periodista, talvez no sabría responderte. Por supuesto, la pregunta es clara, ¿cómo afrontas la pregunta por tu existencia sin la religión? La respuesta es muy fácil... No pensando en esa pregunta, no haciendo caso a esas preguntas que se encuentran en los más profundo que nuestra naturaleza y que guían toda nuestro cotidiano vivir. Vivir como si esas preguntas no existieran es la mejor solución.

Cabe decir, sin embargo, aquellos pensamientos muy positivos del positivismo (valga la redundancia) quedaron mucho años atrás. Definitivamente, este movimiento que empezó con el renacimiento y, en especial, con la ilustración fueron dejados de lado cuando un siglo atrás ocurrieron 2 hechos fundamentos y sus consecuencias. Estos son: las dos guerras mundiales.

Cuando realizamos una mirada las diversas voces de la ilustración nos daremos cuenta de algo muy común... la confianza en la razón. Es decir, todo lo que pasado, lo anterior que era visto como oscuro, sin luces e irracional (no sorprenda que al periodo que va desde el V d.C. hasta el XV d.C se nombrado edad media=entre dos periodos, el antes y el después de..) fue dejado atrás. Había un sueño... el sueño de la unión humana, solamente a través de la razón. Si todos usamos nuestra razón, si dejamos de lado las costras de la religión que no permite pensar por sí mismos, podremos estar más unidos. Adios guerras, adios divisiones, la unión humana como una gran hermandad tendría ahora un nuevo Dios y guía: LA RAZÓN. 

¿Pero qué es lo que ocurre hoy en día?, ¿seguimos sumergidos en la ilustración para pensar de esta manera? Definitivamente con la aparición de los maestros de la sospecha: Marx, Freud y Nietzsche todo se fue abajo para mostrar que no solo lo racional es lo que guía o manda al ser humano, sino que existen fuerzas y estructuras que, en realidad, son las que determinan su acción y voluntad.

Ejemplo de esto, es el termino que muchos utilizamos y que forma parte de nuestra vida cotidiana: el inconsciente. Ya todo está dicho, el hombre no solo RAZÓN, tienen un elemento irracional que guía nuestro actuar, nuestra voluntad. Nosotros solamente somos esclavos de ella. ¿Se olvida de esto nuestra estimada periodista para seguir manteniendo una confianza tan exacerbada por la razón y lo racional?

Todo esto, por supuesto, se hizo claro con los 2 hechos fundamentales que mencioné anteriormente. Grandes cantidades de seres humanos muertos en masas, tantos que con solamente apretar un sólo botón se pueden matar a millones. Genocidios y xenofobias justificadas "racionalmente" nos mostraron cuál es el poder de la razón. Por lo menos, de un tipo de razón.

Una razón fría llevada al extremo de Descartes, una razón solipsista al extremo superando a kant, una razón atea y desvinculada de toda tradición. Una razón, que ella misma pone sus fines y sus media, una razón parcial que solo mira sus propio beneficio y no del otro. Este tipo de razón fue lo que trajo consigo el pesimismo por la razón. Ella misma fue su verdugo.

Por esta razón, hoy apreciamos lo que se denominó Postmodernidad. El pensamiento débil (Vattimo), el reino del relativismo, el rechazo por los absolutos, la multiplicidad-interculturalidad y la perdida de identidades marcadas, sino un mix, etc es lo que manda, es la moda. En un mundo, donde tener identidad, donde ser alguien, donde tomar postura es visto como algo aberrante y retrasado... nadie tiene la verdad porque todos la tenemos. Entonces, ¿podemos seguir pensando de manera tan absolutista cuando nuestra propia forma de pensar no lo es?, ¿sólo cuando nos conviene yo tengo la verdad y tú no la tienes es válido?, ¿sólo pido que seas tolerante conmigo, pero no lo seré contigo?, etc son preguntas que deben tomarse en cuenta para realizar duras críticas y utilizar objetivos para quienes profesamos una religión o, en todo caso, una fe. Una fe que no opaca ni eclipsa la razón, sino que la ensancha. Una fe que a través de la tradición se nos presenta como una propuesta, como una hipótesis. Hipótesis que debe ser criticada (contada) y confirmada. 

Señorita, Cisneros, quisiera decirle que todos (en los cuales usted engloba) no somos irracionales, menos que no pensamos libremente (como cree usted que lo hace, pero solamente se inscribe dentro de un sector), sino que dentro de esta diversidad y tolerancia se sepa tolerar aun intolerable para algunos. Cuestión que Derrida cuestionará mucho: ¿cuál es el límite de la tolerencia? Cuestión que por supuesto, muchas veces se resuelve a través del dialogo como lo propondría Habermas, pero que se necesita condiciones y una ellas es la aceptación del otro como TÚ. Como un par, como un igual, no como uno menos pensante, ni irracional.

Téngalo en cuenta señorita Cisneros mientras viaja a su dulce y abrigado hogar en su amoblado carro. Téngalo en cuenta mientras no tiene que pasar las largas colas del metropolitano, o viajar como una sardina en él. Téngalo en cuenta mientras miles de niños se están muriendo de hambre y usted puede ir a los mejores restaurantes, mientras miles de personas se están muriendo de enfermedad costosas y aun no costosas porque no tienen para pagarlas. Mientras miles de heterosexuales y homosexuales se mueren de sida... Donde lo más obvio es reclamar mejor salud, mejor educación y mayores oportunidades laborales. Antes que alzar la voz para algo tan secundario (a mi parecer) que es la unión civil gay.

Use su Razón, "Sapere Aude" decía Kant, piense críticamente, piense libremente, ¿qué extraño lo diga usted, pero no lo haga? Pero bueno, así es la cuestión, el problema real por último, es un problema de libertad, donde no hay métodos o formulas matemáticos o científicos para manejarla.


Escrito por


Publicado en

No tan Obvio

La crítica filosófica de lo obvio, de los supuesto, de que se sobre entiende es una de los mayores tarea de la filosofía.